Y el silencio que habla más alto que las palabras de las promesas rotas,
Las plumas y el humo aumentan y se mezclan con el cielo plomizo.
Un hombre miente y sueña con verdes campos y ríos,
Pero despierta una mañana sin razón para despertar
Perseguido por el recuerdo de un paraíso desperdiciado.
En su juventud o un sueño, no puede ser preciso.
Es encadenado para siempre a un mundo que ha partido.
No es suficiente, no es suficiente.
Su sangre se ha congelado y se ha erizado por el terror.
Sus rodillas tiemblan y se ha hundido en la noche.
Su mano se ha debilitado en el momento de la verdad.
Sus paso han tambaleado...
Un mundo, un alma.
El tiempo pasa.
El río corre...
jueves, 11 de junio de 2009
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